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Viagra Rosa, poca Ciencia y mucha Mercadotecnia



La mercadotecnia se encarga de hacernos sentir la necesidad de comprar cosas que no requerimos.


Habemus Viagra Rosa, fue la noticia que corrió por el mundo, lo que nadie añadió fue que en realidad habían aprobado sólo un antidepresivo más.


Su nombre comercial es Addyi, su sustancia se llama flibanserina y no funciona en los organos reproductivos como el viagra, funciona en el cerebro, en pocas palabras es un antidepresivo más.


La farmaceutica que logró la patente curiosamente es una de las empresas más solventes de Canadá, el dueño original del fármaco era una pequeña empresa alemana que se había dado por vencida pues la FDA la rechazó en 2010 pues demostró que era sólo moderadamente eficaz en el aumento de la libido y presentaba fuertes efectos secundarios como mareos, náuseas y desmayos.


¿Entonces como carambas lograron la aprobación? El gigante farmaceutico inició una fuerte estrategia, el medicamento fue promovido como una cura para el deseo sexual hipoactivo y argumentó que tener sexo es un derecho humano fundamental y si los hombres tenían la Viagra, la mujer necesitaba su propia droga, y dado que existen 26 fármacos comercializados para el tratamiento de disfunciones sexuales masculinas, era indispensable que existiera algo para la mujer haciendo aún más chiquitas la letras que indicaban los efectos secundarios, el resultado: la aprobación de un dudoso antidepresivo en aras de la equidad de genero, el resto es mercadotecnia.


Es curioso que la mercadotecnia nos ofrece modernas soluciones para todo, pero debemos preguntarnos si no será más sano solucionar las situaciones de fondo como afectividad y autoestima que pueden mejorar la libido o solo ir a la farmacia a tratar de solucionar el problema.

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