top of page

Habla Menos, Escucha Más


Todos conocemos a una persona que le encanta hablar, le conocemos como parlanchín, tiene una habilidad o necesidad nata de expresarse, de hacerlo todo el tiempo y a cada momento.


Los científicos han descubierto dos verdades sobre los parlanchines, la primera muy evidente es que el ser humano necesita ser escuchado y la segunda que el acto de hablar produce dopamina, que a la vez mantiene de mejor humor a la persona, y los parlanchines natos gozan ese extraordinario placer aunque no lo hagan de manera consciente.


Sin embargo la mayoría de las personas no hablamos solo por el gusto de la dopamina, sino porque de verdad necesitamos transmitir información y ser escuchados. En ese orden de ideas, las investigaciones revelan que cuando deseamos transmitir una idea nuestro interlocutor nos pondrá atención total solo los primeros “20 segundos” y a menos que seas una rock star o Jesucristo, después de 30 segundos el cerebro humano baja la percepción y se pierde la atención a la idea, así que lo más conveniente es dar pie a que la otra persona se exprese, para que de verdad seamos parte de una conversación.


En pocas palabras, cuando platicas con alguien tu mensaje debe ser claro y breve para dar paso a que la otra persona responda tu idea y entonces de verdad ocurra el milagro de la comunicación.


Es por eso que como personas de alta productividad, debemos entrenar nuestra capacidad de síntesis y nuestra objetividad a la hora de transmitir nuestras ideas; ser objetivos nos habla de recurrir siempre a datos, verdades científicas, realidades y no solo a sentimentalismos o deseos.

Concluyo diciendo que, menos dramas y más comunicación mejorarían mucho nuestra sociedad.


Etiquetas:

Más contenido: